Es el pasaje de la Historia de España que Eslava Galán le dedica al reinado de Isabel II y que os recomiendo releer.
Aquí os dejo una muestra.
CAPÍTULO 78 La reina niña
Fue Isabel una niña algo corta de entendederas y de educación tan
descuidada que era prácticamente analfabeta. En lo que resultó precoz fue en el
sexo; en parte, porque había heredado el carácter ardiente y lujurioso de la familia y, en parte, porque la
corrompieron sus propios tutores. A los trece años, declararon su mayoría de
edad y, a los dieciséis, la casaron con su primo Francisco de Asís, ocho años
mayor que ella y descendiente también de Felipe V, el primer Borbón español.
Francisco de Asís era un bisexual notorio. ¿Qué puedo decir —se lamentaba Isabel— de un hombre que en
nuestra noche de bodas llevaba más encajes que yo? El pueblo, con mordaz
ingenio, lo apodó Pasta Flora y Doña Paquita.
En la desafortunada elección de tal marido para la ardiente Isabel se
puede ver la esperanza secreta de la reina madre de que Isabel no tuviera
hijos. Seguramente, quería que la corona recayera en su otra hija, la infanta
Luisa Fernanda, que era su ojito derecho.
Creció Isabel, más a lo ancho que a lo alto, y se convirtió en una
reinona gorda y fofa, castiza y chulapona, hipocondríaca y fecunda,
que trasegaba fuentes de arroz con leche como el que come aceitunas. La reina
era muy fogosa y tuvo decenas de amantes, uno de los cuales, Carlos Marfiori,
llegó a ministro de Colonias, porque, según las gacetas, «le es muy necesario
al rey y sobre todo a la reina». Tuvo Isabel once hijos, de los
cuales le vivieron seis. Los historiadores han echado cuentas y al parecer los
que nacían muertos o morían lactantes eran los que engendraba de su primo y
esposo. Los otros los tuvo con distintos amantes; el primero, una niña, del
apuesto comandante José Ruiz de Arana, y el siguiente, un niño, el rey Alfonso
XII, del bizarro capitán de ingenieros Enrique Puig Moltó. Más adelante, tuvo
otras tres niñas de su agraciado secretario particular, don Miguel Tenorio de
Castilla.
Alfonso XII de niño |
Sepa el escéptico y quizá algo sorprendido lector que desde el punto de
vista dinástico no es mayor problema que Alfonso XII fuera hijo adulterino,
pues, como se sabe, la ley española, fiel al código napoleónico, sostiene que
todo hijo nacido dentro del matrimonio tiene por padre al marido. Ahora, con
tanta prueba genética, no sabemos en qué acabará la cosa.
Por cierto que, para que se vea el carácter llano y borbónico de la reina,
al ginecólogo que auscultándola predijo que estaba embarazada de un varón
(Alfonso XII) le concedió el título de marqués del Real Acierto. […]
Muchos generales
El "caballo" de Espartero |
Al final de la regencia de la reina, el general Espartero había
gobernado dictatorialmente, con las Cortes disueltas. Un pronunciamiento lo
derrocó y restituyó una sombra de gobierno parlamentario que nuevamente
desembocó en dictadura, esta vez con el general Narváez. Y después de Narváez,
en 1854, tras otro pronunciamiento, gobernó el general O'Donnell, que llegó a
un acuerdo con Espartero, para encabezar dos partidos que se alternaran en el
poder, la Unión Liberal de O'Donnell y los moderados de Narváez. La política
nacional no era aburrida ni previsible porque a los endémicos pronunciamientos,
con su secuela de movilizaciones funcionariales, destierros de unos y regresos
triunfales de otros, había que sumar una guerra en África (en la que Juan Prim
tomó Tetuán), y otra en el Pacífico.
Hacia mediados de siglo la economía del país comenzó a prosperar y las
inversiones de capital extranjero, especialmente francés, hicieron posible un
cierto despegue económico: se abrieron fábricas textiles en Cataluña y acerías
en el País Vasco, se intensificó la explotación minera, se tendieron
ferrocarriles. En este ambiente propicio, surgieron los primeros especuladores,
como el marqués de Salamanca, y una oligarquía de industriales enriquecidos,
que constituyeron dinastías bancarias y empresariales, algunas de las cuales
perduran todavía.
La reina, envalentonada, arrinconó a los elementos progresistas y provocó
con ello una terrible marejada en las medanosas aguas de la política nacional. […]
General Prim |
El ala
progresista, en vista del viraje autoritario de Isabel, se agrupó a la sombra
del general Prim, que odiaba a los Borbones, y de los destacados generales
Serrano y Domínguez. En 1868, triunfó el pronunciamiento de una parte del
ejército, secundado por el pueblo, en lo que se ha llamado Gloriosa
revolución.
El voluble y tornadizo pueblo, por el que Isabel se creía
adorada, se echó a la calle al grito de «Abajo la Isabelona, fondona y
golfona», y el general Serrano, antiguo amante de Isabel, derrotó a las tropas
de la reina en la batalla del Puente de Alcolea (aun existe el puente, bello y
de piedra, cerca de Córdoba). Así terminaron los marchitos esplendores de la corte
de los milagros. Isabel, que estaba veraneando en San Sebastián, sólo tuvo
que recorrer unos kilómetros para ponerse a salvo en Francia: «Creía tener más
raíces en este país», declaró al traspasar la frontera.
Juan Eslava Galán, Historia de España contada para escépticos. Cap. 78
Isabel II parte hacia el exilio. |
Power point que usaremos en clase para explicar este tema.
Pistas para el trabajito que os pedí ayer sobre la vida privada de nuestra Reina Isabel II de Borbón.
Aquí información general sobre su reinado que iremos desgranando poco a poco.
Y ésta resume el tema, pudiendo ser útil para vosotros a la hora de estudiar.
Para finalizar, os dejo el test on line con el que podéis probar vuestros conocimientos con este tema. Recordad que si vais a la página web www.testeando.es podréis acceder a test de todos los cursos y asignaturas.
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