En una granja de Inglaterra, los animales están cansados de los abusos de los humanos. En las asambleas de animales nocturnas, hablan y se quejan continuamente y poco a poco se dejan convencer por la esperanza que promulga un viejo cerdo chiflado. Les habla de esperanza, de un mundo mejor, de una lugar en la que todos los animales sean hermanos e iguales, de una granja donde el trabajo de cada uno repercuta en el beneficio de todos y no sólo en el del granjero.
Y así comienza la Rebelión en la Granja , un clásico de George Orwell. Una fábula en la que los animales son los protagonistas de una revolución esperanzadora que poco a poco irá degenerando. Los personajes y los acontecimientos tienen su paralelismo en la realidad. Una realidad que Orwell crítica utilizando a los animales y sus reacciones, la evolución de una sociedad común. Cada animal protagonista representa una clase social o un personaje individual real. Los cerdos, los más inteligentes de los animales, serán los encargados de dirigir la Rebelión, aunque entre ellos también surgirán las disputas entre Napoleón y Snowball, los líderes.
La crítica del autor es contra la Revolución Rusa, una revolución que con fina inteligencia y sutil imaginación, analiza y destripa, poniendo especial énfasis en la manipulación mental y psicológica de los personajes. Aunque el objetivo de la sátira de Orwell será sin duda Joseph Stalin y la tiranía que impone con su acceso al poder. Tras el paso de Orwell por la Guerra Civil Española se dedicó a criticar los totalitarismos nazi y soviético, creando una obra de arte de la sátira y la imaginación con este breve, pero inmenso trabajo.
No quiero adelantar muchas más cosas. Es un libro de pocas páginas (sobre las 250) en el que es obligatorio para poder percibir todo su mensaje y significado leer atentamente el prólogo.
Debo proclamar que éste es un libro que desde mi punto de vista es imprescindible leer para poder completar la formación histórico-política individual. O eso al menos es lo que les obligo a hacer a mis alumnos, que todos los años resoplan cuando ven el título y el tema…
-¿Nos vas a hacernos leer un libro de animalitos? Eso es para niños.
-¡Buah! -dice uno al fondo- y además de Orwell, el mismo autor que 1984, el que nos mandaste el año pasado…
-Pues a mi 1984 me pareció interesante – dice el único alumno que tengo con neuronas activas y no poseídas por las hormonas primaverales ya incipientes.
-Pues éste aún te parecerá más.
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