El jueves pasado, en el marco de la Tarea 4 del proyecto Arbeit Macht Frei (#AMFrei y #holocaustopjo) sobre el Holocausto, hicimos una práctica que resultó muy interesante y con la que tuvimos que solicitar ayuda a parte de los alumnos de secundaria y bachiller a los que queremos agradecer su participación.
El objetivo era empatizar con los deportados a los campos de concentración y exterminio que eran transportados en vagones como este durante días y atravesando una Europa en guerra hasta el lugar de trabajo forzado y de muerte a los que eran dirigidos por los nazis tras la Solución Final tomada en Wansee. El responsable de todo este traslado fue Eichmann, un personaje que bien conocéis gracias a las clases de Filosofía e Historia.
Lo que hicimos fue marcar en el suelo del patio las medidas de un vagón (3'8 de ancho por 9 metros de largo) y comprobar cuanta gente podríamos meter en esa superficie, permanecer allí unos minutos y luego describir las sensaciones que nos despertaba dicha situación y tratar de traspalarlo a la situación real, imaginando un frío atroz, falta de agua, unas condiciones higiénicas deplorables y muchos días de traslado con niños, bebés, maletas... Sin poder sentarse, ni dormirse, ni comer, ni nada...
Conseguimos meter a más de 130 alumnos y aún sobraba un poco de espacio, con lo cual dedujimos que las cifras que nos aportan a veces las fuentes o son muy exageradas o se quedan cortas. Creemos que con maletas, la cifra podía rondar las 100 personas por vagón y sin ellas, podría llegar a las 150 las personas introducidas en los vagones.
Posteriormente los alumnos debían hacer una reflexión por escrito de la experiencia en su diario de aprendizaje que recogeremos y valoraremos en próximas fechas. Una experiencia a priori, muy interesante y que ha despertado interés entre la comunidad de docentes de Twitter y en el Claustro Virtual al que pertenezco.
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